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𝙆.𝙊 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙡𝙤𝙨 𝙙𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚𝙨



Marcelito y Adrián, hacía tiempo que no se veían, ambos crecieron juntos en un barrio donde las calles llevan nombres de plantas y aves, Adrián se mudó del barrio apenas cumplió los 20 años, pero aun así, al reencontrarse todo era comunión y risas cómplices entre ellos, había hechos y experiencias que en la adolescencia hicieron en mella, y no había calendario, reja, ni nada que pudiera con ello, Marcelito, un auténtico ladrón de estéreos devenido en trabajador al contraer familia con su primer amorcito, dejo los hábitos pero no la noche. Adrián venia meta carajo y putear con una mala noche, renegando de que el barrio se había vuelto cada vez más "turista" mientras caminaba por los bares de Azopardo oyó que lo llamaban con su apodo de adolescente, ahí estaba Marcelito, quien lo invitaba desde una mesa, vaso en alto, desbordante de cerveza al reencuentro, se abrazaron y conversaron sobre regresos imposibles y recuerdos del barrio,

_.Después te paso el número, vive a la vuelta de tu casa, es puntual y no falla nunca, afirmó Marcelo con seriedad

_. ¿Y qué tal es? Quiso saber Adrián

_Mira lo que me hizo dijo Marcelo, mientras señalaba el faltante en su fila de dientes


ꜰᴏᴛᴏɢʀᴀꜰÍᴀ: ᴀʟᴇxɪꜱ ᴄᴀʀᴘɪᴏ

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