La concha de la puta madre. La aventura del reencuentro.
Quizás no solo sea una simple expresión, de muchos, al no encontrar ejemplares perdidos. Pero para nosotros no, para nosotros es la musa inspiradora, la concha que nos dio a luz, si, la concha, así como lo lee. Y no le decimos puta por nada, ni siquiera por faltarle el respeto, nada de eso maldito lector. Sino que fue esa callejera, que nos dio el motivo por el cual hoy usted, está leyendo la mierda que escribo y la gloria que leerán de mis compañeros Huérfanos. Estábamos navegando en la nada. Ahora somos la nada navegando en tu cerebro, como nadaban esos peces y te comen la mierda esos cerdos.
Agitados por las ganas de expresar el arte y lo que pinte, salió en algún viejo o no tan viejo '83, la amada por muchos e incomprendida por otros “Cerdos y peces” liderada por el querido señor de los venenos, Enrique Symns.
Hoy ya de culto, nos llevó por los lugares más recónditos de nuestro desconocimiento, aprendiendo así a como se vivían ciertas cosas, pensamientos oportunos de muchos de sus redactores. La mierda esta nos llevó a lo supremo de una revista, a lo supremo de la escritura, se llevó puesto a más de uno, nos desarmó y nos volvió a armar, creíamos que podíamos ser invencibles. Que la porqueria de la política, la yuta y todo eso que nos quiere adoctrinar, no tenían chances con nosotros. Nadie sabe si todo lo contado por estos cerdos y peces, sea real, pero seamos sinceros entre nosotros, ¿a quién mierda le importa? si lo principal era irse de la realidad por un rato de la mano y la botella de mucho de los responsables de esto.
Ahora sí, hace cuanto no hay nada concreto en el mundo nuestro, el mundo más… no sé cómo decirlo, ¿más crudo? dale permitime usar ese término. La vuelta de la número 60 de la revista, nos devolvió quizás la ansiedad, esa que te pinta cuando tenes un papel en la billetera o un porro encanutado en el atado de puchos. Por leer de nuevo al viejo Symns y sus secuaces, ver de que va ahora, ver que punto de vista tienen ahora de viejos, si, no se hagan los borregos. ¿Pero saben qué? Todos vamos a llegar ahí y no se si muchos vamos a seguir cumpliendo con lo que nos haga felices, porque vos, y yo sabemos que vivimos en un mundo que es la cara de la verga y vamos a un laburo que odiamos y todo eso que ya se sabe. La salida es el bar, la esquina, la Cerdos y Peces, la Huérfanos, tu disco favorito, tu película de cabecera. La salida es no dejarse coger por los hijos de puta que nos dicen que hacer, vos hace lo que quieras pero no te olvides de no cagarte en el de al lado.
No quiero divagar en un mar de cosas poco interesantes que tengo para decirles, solo eso, que tenemos el cerebro anestesiado cada vez que no leemos cosas como estas. Pero la experiencia Cerdos y Peces puede ser un viaje de ida y así será, nada va a curarte de este mal.
Mucho de nuestro under paso por ahí, bajo pseudónimos, quizás no. ¿Quién sabe? nada de eso importa. Brindar la desgracia ajena, la injusticia o esa justicia cuando la escoria dictatorial sufre. La sexualidad sin tapujo, obscena, ahí toda para vos. Dale, dale, desata esa furia, acá nadie te va a decir nada.
Ojala todos ustedes hayan tenido la fortuna de leerlas, de sacarle el jugo, de acabar mentalmente sus ideas, no, mentalmente no, ojala hayan acabado sobre alguien todo ese nuevo mundo en el cual nos sumerge Enrique y su revista. ¿Saben por qué? Porque nada malo va a pasar cuando te llenas de nuevos pensamientos. ¿Quién va a frenarte ahora que tenes nuevos parámetros de la realidad gracias a un papel lleno de letras?
Dale, mandale mecha, rompete esa sabol, colate esa pepa. Volate la gorra. Acomodale las ideas a un otario de esos que vos ya sabes.
Bueno ya basta de estupideces, solo le quería comentar esas pelotudeces que se te vienen a la mente cuando te acordas de cosas maravillosas, o como dirían en la calle, de cosas bien piolas compa.
Parece fácil morirse, tic, pero es mentira, tac. Ahí los viejos van de nuevo.
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